domingo, 1 de marzo de 2015

No te turbes...

Seguro que en algún momento has tenido un momento de angustia, de desesperanza, de agobio...
Una situación difícil que no te deja dormir, que te mantiene alerta, intranquilo, turbado.

Un momento de tribulación que causa dolor, un momento que te amarga el día, ese queséyo que parece una astilla en el dedo.

Sabes, esta semana he tenido varios momentos de ese estilo. Y aparecen en cualquier sitio, aparecen en el trabajo, aparecen una noche de vuelta a casa o aparecen en las relaciones con las personas.
Al principio puede resultar duro, imposible y doloroso este tipo de momentos. E incluso durante un largo rato, mientras estas en la cumbre de esa situación dolorosa, te desesperas y piensas en todas las salidas rápidas y sencillas. Es en ese instante en el que se te ocurren cosas como: salir corriendo, llamar a la policia, suicidarte, acostarte y olvidarte de todos y de todo, comer y/o beber hasta perder el conocimiento, golpear a aquello que se te ponga delante, gritar, llorar...

Sin embargo, hay una solución para esas situaciones. De hecho, hay varias formas de afrontar estas situaciones. Quieres saberlas? Empiezan por oración y acaban en felicidad.

Podría contarte historias bonitas, de un personaje fantástico que aparece en el momento en que estás pasándolo mal y te rescata, y lucha contra tus enemigos. Alguien que te regala ese dinero que anhelas, alguien que convierte esa asquerosa situación en una experiencia inolvidable. Pero no. Lo siento, este no es el post en que cuento una historia fantástica, ese lo pondré otro día. No, aquí es donde cuento que mi vida se basa en mi fe en Dios. Y, que si tengo un trabajo, una familia, unas amistades, unas capacidades, unas habilidades, unos dones y unos defectos... Todo es gracias a él.

Bueno, pues en estas situaciones de tribulación, de dolor, situaciones de desasosiego... Es cuando más se hace presente Dios, si tu le dejas. Búscalo , porque él responde.

Hoy mismo podría decir que estaba en una situación así: dudas, inquietudes, enfados, irritación con todos los demás, desesperanza... Y como pasa uno de estar así a poder dar un abrazo? A poder dar un beso? A poder sonreír? Con Dios.

Te invito a que le plantees sus inquietudes, a que quedes con él, te tomes unas cervezas con él y le preguntes tus dudas y que escuches su palabra. Si le haces caso, todo irá bien. A mi al menos me ha funcionado todas las veces que me he fiado.


jueves, 22 de enero de 2015

La red de redes

Hace 3 meses empecé en mi primer trabajo, tras graduarme en Ingeniería Informática.

Un trabajo espectacular: en una multinacional, con un montón de oportunidades, con contrato indefinido, con 1 año estable en mi proyecto, con posibilidades de crecimiento dentro de la empresa, un buen salario para ser mi primer empleo...

Increíble verdad?

Ahora es el momento en que yo diría algo como:  
pues no, ese no es mi trabajo
 Y sería como todas las películas, series y telenovelas...

No obstante, estoy tan contento de poder notificar que sí, ese es mi trabajo!

Mi trabajo me gusta bastante, soy informático en la Fe, me dedico a migrar datos y a arrancar una aplicación nueva. No veáis lo difícil que es hacer ese trabajo. La Fe es una red de redes, equiparable a Internet, donde existen un montón de usuarios, donde cada día, millones y millones de estos usuarios, hacen uso de la Fe, comparten datos, escriben experiencias y se comunican entre ellos.

No quita que es una red con muchos problemas a nivel de usuario. Algunos me llaman diciendo que han perdido la conexión, que no saben que hacer. Otros te llaman un día y te dicen que va muy lento. Los más mayores te llaman y, por el hecho de ser más mayores, te dicen como hay que utilizar la Fe. Hay otras personas que no saben utilizarlo y a las que tienes que dedicarle más tiempo y ternura para explicarles como funciona esto de la Fe. Algunos más atrevidos te llaman pidiendo un aumento del ancho de banda, y algunos de esos no entienden todavía que tienen contratada la máxima velocidad del mercado: TODA LA QUE QUIERAS.

Cada día es un día nuevo. Cada día aporta sus nuevas intrépidas aventuras. Cada día es magnífico. Cada día tengo que tratar con personas nuevas.

Sabes, esto de ser informático en la Fe tiene sus ventajas y desventajas. Algunos amigos se "aprovechan" de ti y te piden que les arregles su conexión (algunos no se dan cuenta que el problema no es de la conexión), incluso familiares que necesitan que les cedas parte de tu conexión, bien porque son demasiado pequeños para contratar su propia conexión o bien porque tienen algún virus que les está cortando su propia conexión.

Esos son los peores, los virus de la Fe, los troyanos de la Fe... Algunos son difíciles de arrancar y de eliminar del sistema. Estos hacen de tu conexión algo inútil, te roban cada uno de los datos que te entra por la Fe, inhabilita la interconexión con tus más cercanos...

Y a todo esto, mi jefe... Es un jefe que se implica mucho, que te propone soluciones, que te ayuda en las incidencias que van saliendo, que incluso me ayuda en mis propios problemas. Es un jefe super enrollado, simpático, cercano... No es exigente, ni se altera ante los problemas, ni si quiera te reprocha cuando un problema no se soluciona, al contrario se implica personalmente para solucionarlo cuanto antes.

Y en mis ratos libres, trabajo como informático en el hospital.