lunes, 19 de marzo de 2012

Las tres r's

El otro día, tuve el placer de pasar el día con un viejo amigo. Uno de esos amigos que nunca valoraste, que conservas y que cada vez que lo ves, te das cuenta de la suerte que has tenido en conocerlo, pero que casi siempre olvidas.

Después de todo me dejo una frase de regalo: "ten paciencia, Dios te lo va a dar todo".

No es la primera vez que consigue sorprenderme con alguna frase. Podría empezar pensando "si me lo va a dar todo, que empiece con darme dinero, aprobados mis exámenes, una chica, un coche, un móvil... y un iPad tampoco estaría mal, el 3, que lo sacan dentro de nada, a poder ser."
Pero, sé que no esa frase no se refiere a eso, por eso a veces pienso "ya llevo mucho tiempo, aguantando, teniendo paciencia, esforzándome, y dando el 150% de mis capacidades, que menos que alguna recompensa, no?"
Y día a día, no me doy cuenta que me regala amigos, familia, descanso, agobio, diversión y aburrimiento...  Cada día me regala algo, el problema es saber ver ese regalo.

Esto me ha llevado a rebuscar entre los miles de documentos que tengo por mi ordenador un dosier del campamento del año pasado, donde me inventé una historia para explicar los regalos que nos hace Dios, utilizando trucos de mágia.

En persona quedaría mucho mejor, pero la historia de los regalos es la siguiente:

Resulta que, como he dicho, cada día Dios nos hace unos regalos. Con cada regalo que Dios nos hace existen 3 fases, o como yo lo llamo, la regla de las 3 "R's": reconocer, recordar y ratificar.

Reconocer: la primera fase, consiste en saber qué es un regalo de Dios y qué no lo es. Porque muchas veces algo que nos regala Dios, no lo vemos como un regalo y lo despreciamos y nunca llegamos a tener ese regalo. O  tal vez, tomamos algo como un regalo de Dios, cuando en realidad viene del demonio, o no es algo proveniente de Dios. Es muy importante saber reconocer.

Recordar: la segunda fase, se trata de, una vez identificado el regalo, recordarlo. Puesto que un regalo es algo que te da una persona que te quiere mucho, sin esperar nada a cambio. Es importante recordarlo, porque en cualquier momento ese regalo te puede servir para salir de un momento difícil, o para disfrutar de un buen momento.

Ratificar: la última fase, es la de aceptar que estos regalos son válidos en nuestra vida, y que queremos que estén presentes. Querer que nuestra vida se sustente de estos regalos que nos hace Dios, en definitiva, querer que sea Dios quien lleve nuestra vida.

Si alguna de estas 3 no se cumple, no conseguiremos entender el verdadero significado de los regalos de Dios.