lunes, 28 de abril de 2014

Ingratitud

Has vivido alguno de esos momentos en qué todo es alegría y felicidad?
En que disfrutas de los días bajo el sol, practicando deporte, disfrutando de la compañía de tus seres queridos durante una comida, o durante una cena.
Riendo sin parar tras una buena sesión de chistes, o disfrutando de una tranquila charla con tu confidente de toda la vida.
Jugando a fútbol o a baloncesto, sentado en la hierba del campo, respirando ese gélido aire durante un día caluroso.
Cantando y disfrutar cantando. Vestirte y mirarte frente al espejo y aumentar tu propia autoestima.
Acostarte tarde y apagar en tu móvil la alarma del día siguiente.

Yo te pregunto... estás en esa situación?

Por qué es en esos momentos cuando más ingratos somos con los que nos rodean. 
Cuando más egoístas somos. Cuando nos olvidamos de los demás.

Si estas en esa situación, te animo a que te pares, a que reflexiones. A que mires unos cuantos contactos de Whatsapp o de Facebook y les preguntes: ¿Cómo te va? ¿Qué es de ti y de tu vida?

Averigua si a ellos les va tan bien como a ti. Por qué puede que te encuentres con noticias tan desagradables, con situaciones desesperantes, con alguien que necesita tu ayuda, con alguien que necesita que compartas tu alegría.

Y, termino citando a nuestro querido Papa Francisco:
Uno no vive mejor si escapa de los demás, si se esconde, si se niega a compartir, si se resiste a dar, si se encierra en la comodidad. Eso no es más que un lento suicidio.